Mucho se está hablando en los últimos meses del aumento de locales destinados al juego y las apuestas y no es para menos. Los cambios legislativos que la Junta de Castilla y León ha impulsado en los últimos años han permitido la proliferación de este tipo de negocios que nada aportan a la comunidad ni a la convivencia y que tantos problemas generan.
El capitalismo ha encontrado un suculento mercado en el negocio del juego y de las apuestas, vendiendo la idea de éxito, tanto económico, como social, mediante la posibilidad de ganar dinero rápido y sin apenas esfuerzo. Lo que no cuentan, claro está, es que para que su negocio funcione, nosotras tenemos que poner el dinero y son escasas las ocasiones en las que acabamos ganando o recuperándolo. Dicho de otro modo: la banca siempre gana, y por extensión nosotras perdemos.
¿Quiénes son estas empresas? ¿Quién está detrás de este negocio?
En Valladolid hay más de 30 locales destinados a este tipo de negocios y su número va en aumento. La mayoría son franquicias que abren sus puertas a tres de las grandes empresas nacionales del sector: Luckia, Codere y Kirolbet. Todas ellas cuentan con miles de máquinas de juego por todo el país, sobre todo en barrios obreros (y en especial en las zonas en las que el paro y la crisis económica más han apretado durante los últimos años.)
Para que nos hagamos una idea del dinero que manejan estas empresas, se estima que sus negocios del pasado año podrían haber llegado al 1,7% del PIB, lo que equivale a unos 20.000 millones de euros, siendo uno de los sectores que más ha crecido en plena crisis pese a que ni crean empleo, ni sus beneficios revierten en nuestra sociedad. Todo lo contrario: llenan sus bolsillos a costa del sufrimiento de miles de personas que dejan sus ahorros y su salud en tan despreciables negocios.
¿Cómo se enriquecen?
La frase “la banca siempre gana” es real. Según la estadística y las leyes de la probabilidad, en todos los juegos la empresa acaba ganando.
Nos intentan vender la posibilidad de alcanzar una posición económica y social ideal, utilizando estrategias de marketing que previamente han sido estudiadas para influir psicológicamente en el potencial jugador. Luces y sonidos llamativos, locales sin ventanas para perder la noción del tiempo, ninguna de forma de contabilizar el dinero, bebidas y comidas baratas, bonos de bienvenida para empezar a apostar… Es como si un camello te invita al primer chute y te hace ofertas hasta que te enganchas. Todo vale en estos negocios para seguir ganando adeptos. Los anuncios y reclamos están por todas partes, sin tener en cuenta quién lo ve, qué se vende y lo que genera. Radio, prensa, Internet, TV… Utilizando a personajes con gran influencia mediática y modelos de admiración para muchas personas, como son famosos deportistas o artistas musicales. Todos y todas estamos expuestos.
¿Qué papel juegan las instituciones en todo este tinglado?
Los políticos están protegiendo e incentivando a estas empresas, modificando la legislación para que puedan abrir muchos más locales y adaptándola según sus exigencias. En lugar de posicionarse en contra de este tipo de negocios tan peligrosos, el estado los fomenta.
En el Estado español, las competencias para la regulación del juego están asignadas a las Comunidades Autónomas. En nuestro caso, el Estatuto de Autonomía de Castilla y León asume la competencia exclusiva y quien se hace cargo de legislar y controlar esta actividad. A partir de él y de la ley concreta que regula el juego y las apuestas en la comunidad se crean y desarrollan distintos reglamentos para cada tipo de establecimiento, que definen el tipo de actividad (apuestas, máquinas de azar con premio, bingo, etc,) permitida en cada local.
Estas normas se han ido modificando con el tiempo, añadiendo y quitando conceptos. En particular hay que señalar lo aparecido con el Decreto 39/2012 en el que aparece el Reglamento regulador de los permisos de explotación y comercialización de los juegos de competencia autonómica que se desarrollen de forma remota en la Comunidad de Castilla y León. De otra forma: de las apuestas en línea que tengan la sede en la autonomía.
Esta última modalidad sin duda es clave para entender lo que está pasando en la fiebre del juego, porque ha extendido este negocio hasta los últimos rincones de la sociedad. Allí donde haya un móvil, hay una terminal para apostar, lo que lleva a la necesidad de abrir sedes donde cobrar estas apuestas y donde pagar para comprar bonos con los que jugar en línea.
Aquí está la trampa de la reglamentación: al final, todos los locales, a pesar de las diferentes categorías que los regulan (salas de bingo, casinos, casas de apuestas, etc.), se acaban convirtiendo en una misma tipología: locales con máquinas de juego, barra de bar y terminales de apuestas. La normativa permite en todos la actividad hostelera y permite en todos la presencia de terminales de apuestas operados por monopolios de las apuestas en línea.
Esta es la realidad de la reglamentación de los salones de juegos, casas de apuestas y salones de juego y apuestas: Un negocio suculento y en expansión que permite a Luckia, Codere y Kirolbet implantarse en nuestra ciudad e introducirse en nuestros barrios fomentando la pobreza económica y la ruina.
Estos locales, además de la autorización de la Junta para abrir, necesitan las licencias de actividad que necesita cualquier bar o cafetería, que son responsabilidad de Ayuntamientos y Diputaciones. Aquí tenemos otro eslabón de la cadena, que ampara y dar cobertura legal a la implantación de actividades antisociales.
Nos parece importante señalar y denunciar públicamente a la Junta de Castilla y León como gran protectora de este negocio y de esta patronal del juego y las apuestas. Las sucesivas reformas lo que buscan es facilitar para la apertura de locales de este tipo en nuestros pueblos y ciudades. Así lo dicen explícitamente en los distintos decretos que han ido aprobando, en los que hablan de la “necesaria reducción de cargas para la dinamización empresarial“, para ”favorecer la implantación de operadores“. Esto no es algo lejano herencia de épocas pasadas, sino que en los últimos meses se han aprobado medidas en este sentido para todo el sector del juego y las apuestas.
¿Qué problemas generan?
- Ludopatía. De forma similar a como lo hacen las drogas, las apuestas y los juegos de azar con premio generan adicción, con la diferencia de que estos no tienen el mismo nivel de rechazo que las drogas, llegando a verse como actividades inocentes e incluso beneficiosas y además, pudiendo acceder a ellas sin moverte de casa. Los diferentes juegos y máquinas están estudiados para incitar a seguir jugando. La deuda te lleva a jugar de nuevo; es una espiral que lleva a muchas personas a destrozar sus vidas, las de sus familias y su entorno. Cada año el número de personas afectadas por la ludopatía aumenta, sobre todo entre la población más joven.
- Empobrecimiento y ruina. El juego causa problemas económicos muy graves, ya que hay personas que se endeudan terriblemente. Esto lleva a otras situaciones problemáticas (pérdida de trabajo, de amistades, aislamiento social, desahucios, otras adicciones…). En Valladolid, como en todos los lados, la crisis ha afectado a muchas familias. Ante la necesidad de ganar dinero rápido, muchas personas ven en el juego una salida que estos negocios aprovechan como carroñeros ante su presa.
- Pérdida de nuestros espacios y degradación de nuestras calles. Estos locales de juego y sus grandes paneles publicitarios cada vez ocupan más. Nuestra ciudad pierde pequeños comercios, dotaciones sociales y comunitarias mientras estos negocios crecen en número.
Y no es casualidad. Se aprovechan de que con la crisis muchos pequeños negocios hayan tenido que cerrar. De esta manera, el centro o los barrios con diversidad de ocio, cultura y de pequeñas tiendas pasa a tener sus calles llenas de casas de apuestas y locales de juego donde no hay más vida ni oferta para los vecinos que la adicción y la ruina que engordan los bolsillos de un puñado de empresarios sin escrúpulos.
¿Qué podemos hacer al respecto?
- Difunde este texto, busca más información, habla de este problema con tus vecinos y vecinas.
- Visibilizar nuestro rechazo a esta lacra, a esta trampa en la que las empresas se lucran a costa de nuestra vida y nuestras relaciones. tratar de crear conciencia y de evitar que nuestras calles y espacios se deterioren con este tipo de negocios.
- Evitar el estigma social de las personas que ya han caído en problemas de adicción. Mientras el estado permite el negocio del juego, se desprecia a sus víctimas, como si ellas fueran las responsables de todas las artimañas, marketing y engaños que las empresas han utilizado para engancharles.
- Ocupar nuestro ocio en actividades totalmente diferentes, que fomenten las relaciones sanas entre las personas, la autogestión de nuestras vidas, la reflexión crítica… en lugar del individualismo, la manipulación y el consumismo que el capitalismo nos ofrece. En nuestra ciudad hay proyectos que merecen la pena, donde todas las personas pueden participar de igual a igual, sin relaciones mercantilizadas.
- Organizarnos colectivamente contra estas empresas que quieren ganar capital a nuestra costa. Rechazar estos establecimientos y la miseria que generan en nuestras vidas. Realizar acciones de denuncia y boicot hasta conseguir su cierre. Desde la Asamblea Contra el negocio del juego os animamos a participar en la campaña que estamos organizando. Ya sea a título individual en la asamblea o desde los diferentes colectivos y organizaciones de manera coordinada.