En los poco más de ochocientos metros que separan la estación de Puente de Vallecas de mi casa, dejo a mi lado once casas de apuesta (también tres inmobiliarias y dos locales de compro oro, pero eso da para otro artículo). No es que Vallecas se haya convertido en una sucursal de Las Vegas; la expansión de estos locales con atractivas luces y tentadores cálculos de cuánto ganarías si gana el Betis al Villareal y el Southampton gana por tres goles al Chelsea está ocurriendo en los barrios trabajadores de todo el Estado. Como nos contaban en su primer número las compañeras de Aquí y Ahora, publicación del barrio de Aluche y Carabanchel, tenemos más de trescientos de estos locales en Madrid, casi el doble que hace tres años.
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